Me duelen las muertes, pero también me emociono de cosas que no recuerdo.
Si por mi fuera, compraría una máquina extraña para volver y verme, corroborar que fui feliz, porque así lo siento, recopilar los momentos de los que sólo recuerdo breves espacios, y sobre todo, poder decirle a mis hermanos hoy que por ese pasado que me dieron, los amo.

Julia, mi hermana mayor, lo recuerda a cada instante, con su filosofía. Me dice lo hermoso que fui (característica que conservo) y que en comparación con Rodrigo, mi hermano menor, a mi sí me compraban gerber de todos sabores.
Ella me acompaña en esta foto cuando tenía apenitas un año.

En la otra imagen, mis hermanos Alfonso (Poncho) cuando tenía unos 6 años, además de Saúl (Negro), que hoy vive en Tijuana, de unos 15 años, no lo sé.
Vivo en el pasado cuando es necesario, no importa a donde vamos, sino de de donde venimos... viceversa cuando se necesita.