Sara, ¡gracias!.
Por tener fuerza, porque a pesar de lo duro que ha sido todo, estás allí, como se debe estar: Valiente, enérgica, decidida a mirar de frente, a pelear como hembra, con uñas y dientes.
Sabes entonces que te amo, y que amo a tu Valentina, que es también muy mía.